Martes 14 de noviembre de 2017
Hace unas semanas un amigo me pregunto que tan difícil fue para mí escuchar mi diagnóstico cuando era niña. Yo respondí lo de siempre no fue difícil. Cuando recién me diagnosticaron entraba a segundo grado de primaria, tenía 6 años y medio. El siguiente año me la pasaba comiendo helados en la salida y mis glucosas se disparaban terriblemente por lo que terminaba internada. Los siguientes años de infancia fueron más controlables hasta que entre en la etapa de negación. No quería inyectarme la insulina, quería comer "cosas normales" porque la verdad todos lo hacían y yo era el bicho raro. Mentía con mis glucosas. Baje de peso mal y en esa época era muy delgada. Cuando tenía 15 años me descompense por una glucosa alta y casi entro en coma, termine en cuidados intensivos. Lo curioso es que cuando desperté de mi casi coma mi perspectiva de vida había cambiado completamente.
Comentarios